8.3.2016
Una cuestión que no suele ser motivo de preocupación política (ya que nuestros políticos sólo se preocupan del "hoy" y del "mañana" en casos contados; lo que pasará "pasado mañana" ya es un lejano futuro) resulta del incontenible avance de la tecnología y sus repercusiones económicas.
Se podría decir que casi toda la inteligencia humana está centrada en crear máquinas... que no necesiten de personal humano para dirigirlas o mantenerlas; y por supuesto nadie se pregunta que irá pasando poco a poco con trabajos cada vez más limitados.
La situación recuerda a la comida que describe el reverendo Carroll en Alicia en el País de las Maravillas; aquella en que están sentados a la mesa la Liebre de Marzo, el Sombrero Loco y el Lirón, y que cuando agotan su taza de té se van corriendo a la silla de al lado ¿Qué pasará cuando se acaben las sillas? Piensa Alicia; nadie le contesta. Esa no es una cuestión urgente
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