6.12.2014
Lo confieso; prefiero que gane el azar. No me gusta el arquetipo de una providencia planificadora; me parece muy estúpida la idea.
¿Qué gracia puede tener un juego tan soso que excluye el azar o una fuerza antagónica de similar potencia? La existencia del Diablo es una tímida respuesta; pero en tanto figura secundaria, ángel caído, no tiene el poder de poner en peligro la creación divina. Los maniqueos, con gran inteligencia, imaginaron dos fuerzas primordiales en continua pugna; una especie de "serie de TV" que se eterniza en infinitos capítulos.
Pero los cristianos, musulmanes y judíos carecen por completo de imaginación; quizá por eso es que lograron triunfar; siempre gana el peor, o casi siempre, porque en algunos y brillantes casos ¡Gracias a Dios! tenemos el azar para compensar.
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