Entradas desordenadas:

Facebook no facilita la posibilidad de rescatar entradas antiguas con comodidad, así que el desorden cronológico con que se suceden en este blog se debe a ello. Sólo con tiempo y paciencia se puede ir cada vez más atrás localizando reflexiones y pensamientos dignos de ser recuperados; la búsqueda resulta muy cansadora. Este blog hace una selección de la participación de Brigantinus desde su inicio... e introduce otras posibilidades no previstas en su origen... como "lo que no escribí en facebook" ... que, según creo, es la que encuentro más atractiva.

jueves, 12 de marzo de 2020

Las redes... y sus críticos

Publicado el 17-1-2017 (no recuerdo si aquí lo he salvado, pero "por si acaso" ya que expresa sucintamente lo que creo:

n las Redes y con sus contenidos. Es evidente que hay de todo pero ¿a qué se debe esa particular inquina? ¿Qué se publican mentiras? conforme, suele ser así, pero no siempre. ¿Qué se publican trivialidades? De acuerdo, pero ¿alguién se ha ocupado de contar las trivialidades que circulan cuando la familia se reúne a cenar, o cuando dos, o más, amigos se encuentran en un café? ¿Por qué el contenido informativo de las Redes tiene que ser mucho mayor que el que se da por otros medios? ¿acaso los diarios no están llenos de trivialidades, mentiras o absurdos? ¿y la televisión, o la radio, se encuentran en un nivel superior?
Lo que caracteriza a las Redes, incluyendo ésta por donde ahora escribo, es su facilidad para escribir y publicar lo que a uno le pasa por la cabeza. Cualquiera puede hacerlo, no se necesita carnet de periodista ni hacer oposiciones para funcionario -de la enseñanza-. Y estos que, en principio, debería llenar de alegría a la gente que escribe, o que enseña, como profesión motiva un sin fin de suspicacias.
Nadie obliga a leer lo que otros publican, luego no existe ninguna clase de presión ni sesgo ideológico. Es verdad que "los iguales se juntan" y en este caso eso es posible por el sencillo método de "hacerse amigo", pero tampoco esto es novedoso. Lo único que ha cambiado es la facilidad para construir una tertulia o un grupo de "iguales" o de "gente-que-piensa-como-uno".
No hay ningún obstáculo para ser profundo, crítico, críptico o esotérico; no hay límites para exponer los pensamientos más tontos, o los más nocivos o los que podríamos llamar, sin exageración, "triviales". Y esto sí que es una verdadera revolución, comparable a la imprenta de Gutenberg. Revolución gigantesca porque desde ella la cultura salió de los monasterios para entrar masivamente en las ciudades (recomiendo releer "El nombre de la rosa" del siempre recordado Umberto Eco), y entonces se hizo trivial, técnica, científica, mundanal... del siglo. Así ahora tenemos un instrumento dónde yo puedo contar lo que pienso sin tener que negociar con mi escuela o universidad, sin rendir cuentas a ninguna oficina ni camarilla, sin preocuparme de ganar galones o de pisarle el callo a alguien importante. Y junto al abuelito que escribe está el jovenzuelo que teje sus primeros principios (luego vendrán "otros" como bien dijo Groucho). Todos juntos, revueltos, peleones y amistosos, futboleros o dramáticos. La Biblia junto al calefón ¿Somos conscientes de que vivimos el principio de una nueva era, de la misma manera que Gutenberg hizo posible la que ya conocemos?

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